Por: Redacción
Morelia, Michoacán.- Con apenas 12 años y luchando, como un guerrero, contra la leucemia linfoblástica aguda, Uriel Corona Aguirre cumplió su sueño de ver aviones, pero principalmente subirse a uno.
De la mano de la Fundación “Manitas, la Pulsera de la Leucemia” y del piloto, Mauricio Flores, el pequeño Uriel se convirtió en águila y sobrevoló Morelia y Pátzcuaro.
Acompañado por sus padres, Uriel llegó con engaños al Aeropuerto Internacional de Morelia; su padre le dijo que irían a ver una camioneta, pero en el camino le vendaron los ojos y se llevó la sorpresa de su vida.
Al entrar al hangar, Uriel se quedó sin palabra y admiró los aviones que estaban ahí.
Al inicio, se le dijo que vería los aviones y pudo subirse a uno para ver cómo son por dentro, pero principalmente para cumplir su sueño.
Fue hasta que Mauricio Flores llegó al lugar; al conocer a Uriel, le dijo que todos se convierten alguna vez en águilas al estar en el cielo, y que este día era su oportunidad de vivir la aventura desde un avión. Uriel no se contuvo y con una sonrisa, de lado a lado, se subió al avión y como un experto, se comportó a la “altura”.
El viaje duró 50 minutos. Primero, sobrevoló la capital michoacana y vio la Catedral y varios puntos de la ciudad, para después dirigirse a Pátzcuaro.
El lago y varias de sus islas, incluyendo Janitzio, fue la vista de este viaje. En su regreso a Morelia, también sobrevoló el Estadio Morelos, debido a que es “Monarca de corazón” y contó que el pasado viernes fue al estadio a apoyar a su equipo, como siempre, “en las buenas y en las malas”.
A su regreso en el Aeropuerto, Uriel y su familia agradecieron la sorpresa y con un pequeño convivio con el piloto y personal del lugar, además de los voluntarios de la Fundación Manitas, la Pulsera de la Leucemia, se divirtió y prometió echarle ganas para combatir una enfermedad que hoy es un mal para el mundo, el cáncer.