Por: Redacción
Ciudad de México. – La mujer se subió al metro y de repente, una señorita, vestida con ropa blanca, de la nada comienza a quitarse los zapatos y no solo se los regaló, en un máximo gesto de humildad ¡Se los puso!
Todo esto ante los ojos atónitos de un hombre que estaba frente a las mujeres; la recipiendaria de los zapatos blancos, iba descalza y con un niño en brazos.