Por Rubén Álcantar
Morelia, Michoacán.- Un tema de suma importancia el cual se ha venido olvidando es la situación migratoria que ocurre con México. Van ya casi tres meses, desde que la presidencia de la república sucumbió ante la imposición de Trump, de volver a México en un “tercer país seguro”, o básicamente en la sala de espera de quienes solicitan el asilo político en los Estados Unidos.
Tal situación podríamos dividirla en dos distintas problemáticas de acuerdo a la situación migrante. La primera se compone por los extranjeros, principalmente centroamericanos, en las fronteras de Tijuana, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros; los cuales llegaron allí por propia cuenta, buscando su oportunidad de cruzar en la solicitud de asilo en una primera audiencia. Para ellos, el gobierno americano estableció el procedimiento denominado “metering” o “goteo, ejecutado por mexicanos. El cual consiste en que se le entrega un número a cada extranjero, y cuando es llamado, cruza, es entrevistado por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, mejor conocida como CBP, tras esto es devuelto a México, mientras se le da respuesta a su caso. Según las cifras investigadas por el New York Times el pasado 18 de agosto, se trataba a principios de mes, de 26 mil personas. Desde entonces es probable que el número haya crecido, dado el vertiginoso ascenso en los últimos dos meses.
La segunda categoría incluye a aquellos que ingresaron sin papeles a Estados Unidos en tiempos recientes, y que gracias al programa “Remain in México” impuesto por Washington y aceptado por Palacio Nacional desde principios de año, son devueltos a México mientras se programa su audiencia de asilo. El total de extranjeros devueltos a México y actualmente bajo proceso en Estados Unidos suma 32 mil personas. La mitad de este número ha sido devuelto durante el último mes; es decir, el ritmo también crece a pasos agigantados.
Dicho de otra forma, hay al menos 58 mil extranjeros de mayoría centroamericana en las ciudades fronterizas mexicanas, aunado a esto, de acuerdo con la Alta Comisión de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se espera unos 80 mil centroamericanos soliciten asilo político en nuestro país este año, dado lo mucho que se ha complicado este proceso en los Estados Unidos.
La situación en las ciudades fronterizas es, sino critica, al menos sí muy compleja, aumentando cada vez más el número de extranjeros en estas, los cuales se encuentran en condiciones deplorables, y amenazados por la violencia de algunas de las ciudades más inseguras del mundo. Seguro permanecerán ahí un buen tiempo, dado que no de manera oficial, pero si en los hechos, el gobierno norteamericano ha decidido cerrar la puerta, al asilo, a los solicitantes provenientes de estos países.
La insistencia del presidente López Obrador ha sido bastante, con respecto a que no somos un “tercer país seguro”, sin embargo los hechos demuestran otra cosa, la cantidad de centroamericanos pidiendo asilo en México aumenta, y aumenta de manera vertiginosa. Al menos en eso creo que si coincido con el presidente, México no es un tercer país seguro, ni para los extranjeros, ni para los mexicanos, podría describirse de mejor manera la situación como, la construcción del muro que tanto prometió Trump, y que los mexicanos íbamos a pagar, el muro que detiene la migración a los Estados Unidos, o dicho de otra forma, el muro mexicano.