Por Rubén Álcantar
El pasado domingo se dio la entrega del paquete económico 2020 por parte del Secretario de Hacienda y Crédito Publico Arturo Herrera, en lo que dentro de los hechos resulta ser un paquete “cumplidor”, esto por dos puntos clave, el primero, y que más resalta, es el estimado realista del desempeño económico, en el cual se espera un crecimiento de entre el 1.5 y el 2.5%. El segundo punto clave es el esfuerzo en la recaudación fiscal, lo cual implica diversos cambios que seguramente harán ruido, esto para preservar las finanzas públicas como las conocemos hoy en día.
Menciono que el paquete económico 2020 resulta cumplidor, cumplidor en el hecho de entregar ciertas medidas de política económica que resultarían lógicas para poder dar certidumbre a los mercados, sin embargo, el paquete resulta ser más que económico, un paquete esperanzas, a que me refiero, a la manera en que se sustenta, por ejemplo, el crecimiento económico, en condiciones no fijas, para las cuales se requieren, precisamente como lo comento, un paquete de esperanzas y curiosidades.
Una de estas esperanzas, para el estimado de crecimiento, es la producción de petróleo, la cual en el paquete se espera alcance 1.95 millones de barriles por día (mbd), ¿posible? Claro, la esperanza muere al último, ¿complicado? Más que eso, pues viendo que la producción para el mes de julio cerro en 1.67 mbd. El mes de agosto de debería haber comenzado produciendo 1.81 mbd. Esto para poder acercarnos a un estimado al final del año de 1.73 mbd. El cual nos pudiese acercar al estimado que pretende la SHCP para el año entrante.
Repito, el paquete resulta cumplidor, y una de las percepciones que da dicha idea de aumentar la producción petrolera, parece en el papel, buena, al menos en el sentido de lo optimista que es, y a la ves lo realista que debería resultar, en el hecho de que no se puede lograr dicho aumento sin la producción privada, lo cual parecerían buenas noticias, respecto a la percepción de que, el gobierno habría entendido lo que se debe realizar en el sector.
Un punto que resulta bastante, curioso, por llamarle de alguna manera, es el hecho de que la SHCP estima un crecimiento mayor que el de nuestro vecino del norte, siendo que los Estados Unidos esperan un 1.8%. Considerando que a lo largo de este año nuestra se ha sostenido por el consumo de las personas y las exportaciones, suena, como les digo, curioso, que para el año próximo esperemos crecer más que nuestro casi único socio comercial.
En el paquete, como mencione, otro de sus puntos clave es el esfuerzo a realizar en cuanto a la recaudación fiscal, hecho que se espera permita el crecimiento en un 0.9% real del gasto programable, y a su vez esto aporte a las expectativas de crecimiento, todo se concatena. Dicho esfuerzo se ve enfocado en la aplicación de impuestos como el IVA, a los servicios de renta de inmuebles y a algunos tipos de ventas (principalmente las que se realizan por internet). Por su lado el otro impuesto en el cual se basa dicho esfuerzo es la aplicación del IEPS a productos ya anteriormente castigados, como los refrescos y los cigarros.
El escenario, resulta nuevamente, cumplidor en el papel, de buena manera suena hasta lógica la aplicación de dichas medidas fiscales, sin embargo, entramos nuevamente en una curiosidad, en esta ocasión, resulta curioso que se centre el esfuerzo en la recaudación fiscal en impuestos como el IVA y el IEPS. Siendo que en la recaudación real, para el mes de julio ambos sufrieron, como a lo largo del año, caídas, siendo de destacarse la del IVA, con una caída del 8% real anual, aunada a la aún más preocupante caída del 10% anual real para el ISR. La esperanza es que con estas medidas se supere la caída del 1.6% en términos reales, respecto a lo que se presupuestó el año pasado para este año, y se alcance un incremento del 3.7% en los ingresos tributarios, nuevamente, luce muy complicado, pero la esperanza muere al último.
El paquete para nada despierta entusiasmo, es un paquete con orientación defensiva, se busca preservar el equilibro en las finanzas públicas por medio de la recaudación fiscal, e impedir que el crecimiento continúe ya sea decayendo o en estancamiento. Habrá que esperar el presupuesto de egresos de la federación para poder hacernos una idea aún más clara de la política económica a seguir para el siguiente año, aunque esto ya nos da una muy grande idea de la proteccionista estrategia del gobierno.
No nos dejemos llevar por la crítica, el paquete cumple en cuanto a que no nos llevamos sorpresas, da algunos buenos augurios, es de hecho, un paquete responsable, responsable en el hecho de que no se derrocha el dinero público, al menos en el papel, en los proyectos faraónicos, tema que nos dará para continuar escribiendo, solo esperemos se cumplan todas las curiosidades y esperanzas del paquete económico 2020.