Por: Redacción
Ciudad de México. – En el marco del Día Mundial de la Diabetes a celebrarse este 14 de noviembre, la Alianza por la Salud Alimentaria —de la que somos parte— recordó que en 2006 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró que “la diabetes es una enfermedad crónica, debilitante y costosa, que tiene graves complicaciones, conlleva grandes riesgos para las familias, los Estados Miembros y el mundo entero”.
En el documento fechado el 20 de diciembre de ese mismo año hace pública su preocupación, pues esta enfermedad “plantea serias dificultades para el cumplimiento de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente”.
El costo de la diabetes para nuestro país suma cientos de millones de dólares al año. En el 2014, el IMSS gastó $235 millones de dólares (MDD), mientras que el ISSSTE gastó $73 MDD y la Secretaría de Salud llegó a $152 MDD.
Para el 2016, estas cifras se elevaron a $315 MDD, $89 MDD y $209 MDD, respectivamente, dando un total al año de $613 MDD.1
Tanto la diabetes como las enfermedades cardiovasculares tienen una relación directa con la alimentación, en específico con el alto consumo de azúcares añadidos, grasa saturada y sal, nutrimentos críticos que comúnmente se encuentran presentes en los alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas.
México es el mayor consumidor de productos ultraprocesados de Latinoamérica,2 con una ingesta promedio de 214 kg de comida chatarra y bebidas azucaradas al año por persona.
Esto significa que el 30% de la energía que el mexicano consume proviene de estos productos.3
Con estos datos es fácil entender que tan solo en el 2016 en nuestro país fallecieron 105 mil 572 personas por problemas relacionados a la diabetes, lo que convierte a esta enfermedad en la segunda causa de muerte a nivel nacional, de acuerdo con información del Inegi.
La solución al problema de la crisis de diabetes en México debe ser integral, por lo que necesitamos regular el ambiente que propicia una mala alimentación. Una de las maneras de prevenir es conocer el contenido de nutrimentos críticos en los alimentos procesados gracias a un etiquetado que advierta a los consumidores cuando los productos contengan exceso de azúcares, grasas saturadas, sodio y calorías.
Ante la epidemia de obesidad y diabetes es urgente un etiquetado claro que garantice nuestro derecho a la información. Actualmente, la Norma Oficial Mexicana NOM-051 sobre etiquetado se encuentra en fase de consulta pública, por lo que es de gran importancia la participación e involucramiento de la sociedad civil para asegurar que el etiquetado realmente siga las recomendaciones internacionales y no caiga en manos de la industria de alimentos y bebidas ultraprocesados.
Es importante mencionar que el proyecto de modificación de la norma de etiquetado establece que los productos que contengan uno o más sellos de advertencia no podrán portar elementos atractivos para los niños, como personajes, regalos, promociones ni avales de sociedades médicas.