Por Lucía Castillejas
Pátzcuaro, Michoacán. “Sabemos lo que tenemos y no lo queremos dejar morir” – externó Ramiro Chávez en relación a la restauración del espectacular retablo del s. XVI ubicado en la Comunidad de Santa María Huiramangaro en el municipio de Pátzcuaro.
El Presidente del Patronato Pro-Restauración del templo de Santa María de Huiramangaro, también añadió que existe una “ignorancia en el reconocimiento de este tesoro”, abriendo la cuestión de qué importancia tiene hoy el legado cultural en una sociedad contemporánea.
Por su parte, Claudio Méndez Fernández, titular de la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum), explicó que la comunidad no ha dejado de tocar puertas para poder encontrar recursos y rescatar así el retablo. “Cabe resaltar que la intervención forma parte de una primera parte de las adecuaciones que se tienen que hacer en el templo, el cual es una joya arquitectónica para Michoacán, y una vez restaurado traerá desarrollo, turismo y cultura para la comunidad”, expresó el funcionario.
Han sido unánimes la motivación y el entusiasmo por este trabajo de restauración de un patrimonio que data en torno a 1530-1535. Las restauradoras Joselia Cedeño Paredes y Gabriela Contreras González explicaron cómo casi cinco siglos después, en 2015, la valiosa pieza fue intervenida, desmontada y resguardada para desarrollar la delicada tarea de tratar la afectación estética que había venido sufriendo y que impedía la apreciación de su diseño original.
En este punto quisieron revelar que, para su sorpresa, encontraron hojas de oro bajo las capas de pinturas y materiales diversos que llegaron a cubrir el antiguo retablo, designado como “autoportante” por su condición de poder desarmarse por piezas (todas de madera) y después ensamblarse sin sufrir ningún daño.
Laura Elena Lelo de Larrea, Perito restaurador del Centro INAH Michoacán, quiso destacar la iconografía tan especial y de valor altísimo de este retablo, el más antiguo en pie que se pudo recuperar en Michoacán. Si bien es innegable el valor artístico e histórico de los retablos, no podemos olvidar que forman parte de la vida religiosa y social de una comunidad. “Es doctrinal el mensaje del retablo”, concluyó Lelo de Larrea, quien no omitió la razón final que tenía la pieza como elemento evangelizador.
El retablo tiene una dimensión de 7.53 metros de alto por 6.42 de ancho. Una vez concluido su trabajo de restauración y el rescate general del templo de Nuestra Señora de la Asunción, se prevé que pueda ser un punto de atracción más a los que ya existen en el estado de Michoacán, considerado poseedor de una enorme riqueza cultural.