Por: Rosario Herrera Guido
La verdadera culpa
no es por lo que hicimos
sino por lo que hemos dejado de hacer.
Jacques Lacan
No queremos un minuto de silencio,
ni que nos llamen héroes,
ni banderas a media asta,
aplausos y premiaciones.
Queremos equipo de seguridad
y protección personal,
para poder volver a casa y estar sanos
para no contagiar a nuestras familias
y seguir sirviendo en el Sistema de salud.
Erick Piña Mora, Otorrinolaringólogo.
Morelia,Michoacán.-En un famoso libro de antropología (Freud, “Tótem y tabú” (1913), Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu, 1979, t. XIII), el pensador y psicoanalista vienés sostiene que su hipótesis del asesinato del padre totémico por la manada primitiva de changos, debido a la prohibición del comercio sexual con sus hembras, es un mito moderno que, sin embargo, actualiza el cimiento de la descendencia, la cultura y el culto. Como postula el filósofo español Eugenio Trías, desde su lectura de Freud, no hay cultura sin falta moral y la consecuente culpa, que se paga con culto (Trías, Lógica del límite, Barcelona, Destino, 1991:367-97). También Marx y Engels inventan otro mito moderno, donde los hijos matan al padre por expropiarles los productos de la caza y la recolección, los satisfactores (Marx y Engels, Sobre el modo de producción asiático, Barcelona, Martínez Roca, 1975). Ambos mitos refieren al crimen como origen de la cultura y su correlato: el culto. Sólo Freud advierte la culpa tras el crimen y el culto al objeto sacrificado, para quien se erige el tótem, el templo, el monumento, donde se le honra, reza, canta y baila, para recibir su perdón. Tal vez la secuencia de decretos sobre rituales y disposiciones gubernamentales, tras la mortandad por covid-19 en nuestro país, puedan ser vinculados a esta lectura freudomarxista.
Al filo de las 44 mil muertes por covid-19 en México, el 28 de julio, en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, uno de los periodistas de las primeras filas le pidió: “yo quisiera exhortarle de la manera más respetuosa, que a través de esta trinchera donde usted da todos los días su mañanera, guardáramos un minuto de silencio por los caídos del covid-19, ¿si me lo permite?” Y como si ya esperara esta petición, el Presidente respondió: “nos ponemos de pie todos”.
El 12 de agosto de 2020, Obrador convoca a todos sus funcionarios para que se sumen diariamente a las 12.00 horas a un minuto de silencio en conmemoración y solidaridad con los familiares y amigos de las víctimas del covid-19, y que también se exprese el reconocimiento y agradecimiento al personal médico que atiende la enfermedad y que han salvado miles de vidas, con un toque de silencio y al final un aplauso para animar a quienes están en los hospitales ayudando a los enfermos.
El 14 de agosto de 2020, al filo de 55 mil 908 decesos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, a través del Gobierno Federal, decreta 30 días de luto nacional por los fallecidos de covid-19, con la bandera nacional a media asta. Todas estas disposiciones gubernamentales, una tras otra, en tan poco tiempo, de alguna manera hablan por sí mismas, como cuando alguien se nos muere y no podemos evitar pensar en las cosas que ya no hicimos por nuestro muerto.
Este pasado domingo 6 de septiembre de 2020, por la tarde, en Telefórmula Noticias, el otorrinolaringólogo, Erick Piña Mora, denunció que lamentablemente e irresponsablemente 1, 320 trabajadores de la salud han perdido la vida en nuestro país, en lo que va de la pandemia de covid-19. Una denuncia —dice Piña Mora— que le llena de coraje e indignación, y que debe ser escuchada. Y agrega que el pasado 3 de septiembre, Amnistía Internacional, un movimiento global, una organización que trabaja para que sean reconocidos y respetados los derechos humanos, presentó un impactante informe, donde revela que de 7 mil muertes del personal de salud a nivel mundial, 1, 320 corresponden a México, con lo que nuestro país ocupa el Primer Lugar Mundial. Un dato —continúa el otorrino Piña— que nos obliga a revisar las posibles causas: la falta de equipo de calidad de protección personal, la deficiente capacitación de su uso, el exceso de horas de trabajo por la emergencia y la vulnerabilidad de enfermeros, camilleros, afanadores y personal de limpieza.
Un bruno horizonte ante el que Steve Cockburn, director de justicia económica y social de Amnistía Internacional, advierte: “Los profesionales sanitarios y los trabajadores de la salud, tienen derecho a unas condiciones de trabajo seguras. Es un escándalo mundial que estén sacrificando sus vidas”. “Una noticia —expresa el especialista Erick Piña Mora— que me hace cuestionar a las instituciones: ¿por qué antes de que otros evidencien esta terrible situación, las autoridades no han considerado qué ha impedido que se proporcione equipo de calidad para los trabajadores de la salud?”. Y agrega Piña: “¿qué sanciones están recibiendo los vivales que han proporcionado a los trabajadores de la salud equipo de mala calidad?”. Porque ningún miembro del personal de la salud, enfermeros, médicos, camilleros, afanadores, deben trabajar si no cuentan con las condiciones necesarias para garantizar su seguridad. Y sigue preguntando Piña: “¿Qué está esperando Obrador y su equipo, para actuar y evitar más muertes en el Sector Salud?”.
Y el médico Piña, que espera demasiado, termina como los desesperanzados, según Walter Benjamin, para los que realmente es la esperanza: “Se han estado haciendo marchas para exigir la dotación de equipo adecuado, pero no han sido escuchados por las autoridades de la salud. No queremos un minuto de silencio, ni que nos llamen héroes, ni banderas a media asta, aplausos, premiaciones. Queremos equipo de seguridad y protección personal, para poder volver a casa y estar sanos, para no contagiar a nuestras familias y regresar al hospital a seguir sirviendo en el Sistema de Salud, más ante esta emergencia”.
Ayer domingo 6 de septiembre, a las 7 pm, el doctor López-Gatell, en su informe sobre covid-19, después de anunciar 67, 558 muertes, dedicó el resto del tiempo a dejar la palabra a sus nuevos invitados para que hablaran sobre el grave problema de las adicciones. Y este lunes 7 de septiembre, la conferencia mañanera del Señor Presidente, estuvo dedicada al Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto Felipe Ángeles. Una evasión que recuerda los recortes presupuestales a Salud desde 2019, la venta de insumos y recompra de los mismos a China, los escapularios y la encomienda de “no mentir, no robar y no traicionar” para no contagiarse de covid-19” (con la anuencia del científico encargado de la pandemia), en lugar de una respuesta republicana de Estado, aplicación de miles de pruebas para detectar, aislar y evitar contagios, la convocatoria al Consejo Nacional de Salubridad, el uso del cubrebocas sin ambivalencia, porque el triunfo del gran cupo de los hospitales responde a que a todos los solicitantes se les pidió quedarse en casa y regresar hasta que estuvieran delicados), además de la riesgosa mezcla entre medicina y política, entre otras faltas, que tal vez ameriten una cadena interminables de rituales.