Por: Ar Mendoza
Érase una vez allá por el año 2015, cuando el “Nuevo Comienzo” abría el telón de Michoacán de la mano de una de las figuras más enigmáticas de la última década en el Estado: Silvano Aureoles Conejo. Aquel personaje era el hombre del momento, era una figura política que volvía a darle vida al perredismo y que dejaba atrás el funesto sexenio priísta que tuvo tres gobernadores en un lapso muy corto de tiempo, así como un virrey que daba poca claridad a la sociedad.
Pasaron los años y otros movimientos comenzaron. Figuras renacieron, otros tantos reaparecieron y al final el gobierno del “Nuevo Comienzo” nunca empezó, quedó más en bonitos slogans y en promesas vacías que cayeron en falacias totales.
Dicen los que saben que en la política aquellos que quieren alcanzar el poder y conservarlo por mucho tiempo deben “renovarse o morir”. Quizá ese fue el pecado de los perredistas que se quedaron hasta el final a observar el ocaso de un sol que se extinguió desde hace mucho tiempo y que iluminó el cielo de color marrón.
El sol en Michoacán no se eclipsó por obra natural, fueron los actos incongruentes los que lo apagaron: las alianzas fácticas con el gobierno de Enrique Peña Nieto, la poca transparencia en la rendición de cuentas, la imposición de figuras clave a través del Poder Legislativo, el apoyo directo a José Antonio Meade en las elecciones del 2018, las alianzas ideológicamente antinaturales con el PRI y con el PAN, el linchamiento mediático a las figuras que le dieron vida al PRD y a la izquierda mexicana desde el siglo pasado, las encuestas que mes con mes ubicaban al gobierno de Silvano Aureoles entre los peor evaluados de México, entre muchas otras cosas.
Estamos ante la sucesión de poder en Michoacán. Aureoles ya se va y otros nuevos llegarán. Lo que no podemos negar es su genio y figura. De principio a fin marcó la agenda en Michoacán. Desde los helicópteros; hasta el banquito; desde Belinda; hasta su “cruzada” en contra de AMLO. Historias que quedarán guardadas en los anaqueles del Estado y en la memoria colectiva de todas y todos los michoacanos.
Así pues, concluirá un nuevo capítulo en la historia del Estado y de sus 113 municipios, un “Nuevo Comienzo” que tendrá que dibujarse de la mano de otros actores políticos que habrán de mirar ese slogan como una oportunidad para empezar de 0 y sacar adelante a uno de los Estados más castigados de la República Mexicana. No importa cual se la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la sucesión de poderes se dará y la historia absolverá o juzgará a sus próximos actores políticos.