Por Ruben Alcantar
Durante el día lunes vivimos lo que quizá haya sido uno de los momentos más amargos en la historia del mercado de los hidrocarburos, los precios de los contratos del West Texas Intermediate (WTI) para el mes de mayo, que es la mezcla de petróleo de referencia, cayeron a niveles cercanos de los -35 dólares por barril. Suceso realmente histórico dado que es la primera ocasión en la que los precios en el mercado se tornan negativos.
La mezcla mexicana por supuesto que no fue la excepción y por su composición química igualmente cayó a niveles de los -2.37 dólares por barril, es decir, expresado en contratos con vencimiento al día de hoy, se debía pagar porque alguien consumiera la producción.
Esta situación se suscita por distintas razones, una de las que indudablemente resulta de las más notables, es la gran correlación que el precio del barril de petróleo mantiene con los altos costos de almacenamiento del mismo que se va a comercializar, esto originado principalmente por una caída en la demanda, caída que supera la reducción de la oferta acordada hace unos días por la OPEP, este suceso generó una gran acumulación de inventarios, suceso que ocasionó este grave inédito de ver por primera vez cifras negativas.
Esta caída en los precios del petróleo por supuesto que tiene explicación, cabe recordar que a nivel mundial el consumo de dicho hidrocarburo rondaba los 90 millones de barriles anuales, con el conflicto entre Rusia y los Emiratos Árabes, y la afectación del COVID-19 la economía a nivel mundial se vio paralizada, hecho que implica menor producción industrial en general, menor circulación del parque automotriz, menos vuelos, es decir, menos demanda de petróleo, sin embargo pese a esto la producción no se redujo.
Es decir, es una cuestión de oferta y demanda, pese al intento de la OPEP+ por reducir la producción para tratar de normalizar los precios, el impacto de dicha medida se verá reflejado hasta el mes de mayo, existe demasiada oferta y muy poca demanda, lo que llevó a que prácticamente se pagara porque se llevaran la producción dado los altos costos que representa el almacenaje (esto explica las cifras negativas).
El petróleo comienza a dejar de ser ese negocio tan rentable que durante demasiados años fue, esto por la ya enorme volatilidad que su precio presenta y los elevados costos de producción en nuestro país, para ejemplificar un poco, en nuestro país el costo promedio de producción de un barril de crudo mexicano es de 14.2 dólares aprox. Al precio del petróleo del día lunes, le costaba a nuestra ya agonizante PEMEX 16.57 dólares producir un barril de petróleo y pagar por que alguien se lo llevara, por supuesto que no es negocio.
Estos precios negativos por supuesto que no se mantendrán así, el precio del WTI muy seguramente normalizará a niveles de la mezcla Brent, es decir alrededor de los 20 dólares por barril, lo que llevara a nuestra mezcla nacional nuevamente a oscilar los 14-15 dólares por barril en el mejor de los casos, o dicho en otras palabras, un barril de nuestra mezcla valdrá durante un buen tiempo muy poco más de lo que cuesta producirlo.
Claro, afortunadamente contamos con coberturas que prevén precisamente este tipo de eventualidades y protegen el precio de nuestra mezcla garantizando ingresos, fijadas en los a este momento muy buenos 49 dólares por barril en promedio, sin embargo el porcentaje de la producción que fue asegurado con dichas coberturas no ha sido revelado, y de mantenerse la dinámica que se ha llevado durante muchos años, la cobertura alcanzaría los 200 millones de barriles, es decir, únicamente el 40% de nuestra producción, suceso que indudablemente mermará demasiado el de por sí ya mermado presupuesto nacional, y tomando en cuenta que el valor de dichas coberturas se paga hasta 2021, usted podrá imaginarse el golpe que esto representa para nuestro país.
Apostar un país nuevamente a la panacea del petróleo sería un grave error, porque si bien, me atrevo a decir que durante algunos años continuara siendo un negocio un tanto rentable, para nada conviene avocar todos tus recursos a dicha fantasía, el mercado es cada vez más volátil, con lo cual la refinería de Dos Bocas resulta prácticamente un capricho y no un negocio para el Estado, el petróleo dejará de ser el negocio que era cada vez más, y como la edad de piedra concluyó y continuó habiendo piedras, la era del petróleo también tendrá su fin y sin embargo continuará habiendo petróleo.