Por: Rubén Alcántar
Morelia,Michoacán.- En la economía una de las limitantes existentes siempre lo he mencionado es el rezago de ciertas cifras oficiales, principalmente en cuanto a cuestiones locales, el caso en esta ocasión corresponde a la publicación del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) correspondiente al primer trimestre del presente año por parte del INEGI, trimestre en el cual comenzaron a penas a verse unos ligeros esbozos de lo que ha sido la crisis del coronavirus en nuestro país.
La situación resulta negativa, al igual que en la mitad del país, nos sitúa en la mitad más afectada por la actual crisis, que si bien no nos posiciona en el fondo, tampoco nos deja en una posición idónea, para ello existen bastantes explicaciones.
Los resultados son claros, una contracción en (-) 0.6% con respecto al trimestre inmediato anterior y (-) 1.5% con lo que respecta al mismo trimestre en el año anterior, esto únicamente nos demuestra que, resulta ser que nuestra economía estatal y su comportamiento no se encontraba muy distante de lo que ha sido el comportamiento a nivel nacional, dado que con apenas 15 días de impacto por la pandemia se aprecia un comportamiento negativo, para nada plausible.
Esto por supuesto que tiene una explicación, en cuanto a sectores en las actividades primarias nuestro Estado presentó una contracción de (-) 2.5% con respecto al mismo trimestre en el año anterior, situándonos en el lugar 25 a nivel nacional y por debajo de la media nacional que se encuentra en un crecimiento de 1.4%, situación realmente preocupante dado que el año anterior esta cifra se ubicaba en un crecimiento de 6.3%, es decir por arriba de la media nacional que en 2019 era de 5.8%.
En cuanto a las actividades secundarias (que en nuestro Estado no tienen precisamente el mayor de los impactos) la situación fue un poco “menos critica” la contracción alcanzó un (-) 2.3%, algo ligeramente por encima de la media nacional de (-) 2.9%, pero nada es plausible, dado que si tomamos en cuenta que este mismo sector en el mismo periodo en el año anterior se contraía (-) 2.7%, solo nos habla del evidente rezago industrial que impera en nuestro bello Michoacán.
En cuanto a las actividades terciarias nuevamente nos situamos por debajo de la media nacional, una contracción de (-) 1% explica algo del porque nuestra economía estatal se encuentra en cifras negativas, esto únicamente se concatena con detrimento en la actividad económica que desde el año anterior se apreciaba, en 2019 la contracción en las actividades terciarias alcanzó el (-) 0.7%, siendo en ese momento el lugar 30 a nivel nacional.
Estas cifras, en cierta parte corresponden a condiciones de estacionalidad en el comportamiento de la economía, sin embargo la progresiva contracción generalizada en la actividad económica nos demuestra el mal manejo imperante a nivel estatal, únicamente evidenciando el ya por todos conocido rezago económico en nuestro Estado.
Con estos resultados, y falta de prácticamente la segunda mitad del año, únicamente podemos augurar resultados negativos para nuestro Estado, esto no porque uno lo desee, sino por el contrario, porque las malas decisiones rebasan los posibles buenos deseos que todos tenemos para con nuestro Michoacán, es decir, para el segundo trimestre de este año ciertamente si podemos esperar una contracción bastante severa cercana a la media nacional, dado que la recuperación económica en dicho trimestre se originó gracias al repunte en el sector secundario, principalmente en las actividades manufactureras, actividades en las que nuestro Estado no es precisamente referente.
Con todo lo anteriormente mencionado, únicamente lo que propiamente puedo hacer es, resaltar el evidente rezago económico que a nuestro Estadio asedia; urge un cambio, de forma y de fondo, urgen en nuestro Estado alternativas reales para el desarrollo local, dado que a diferencia de lo que se suscita a nivel nacional, con respecto al debate de la distribución de la riqueza, el mayor problema en nuestro Estado no es solo una mala distribución de esta, sino una paupérrima generación de la misma, hasta que ello cambie las cifras no serán muy distintas a las actuales, aunque claro, siempre se puede estar peor.