Por Rubén Álcantar
Morelia, Michoacán.- El día de ayer jueves por la tarde, todos nos enteramos del increíble suceso en Culiacán Sinaloa, al comienzo parecía ser algo lamentable, pero por un buen motivo, resultaba ser que, hasta donde sabemos, en medio de un importante operativo por parte del ejército nacional, caía capturado uno de los hijos de famoso narcotráficante “El Chapo” Guzmán, Ovidio Guzmán.
Tras este suceso, comenzaron a lo largo y ancho de la ciudad de Culiacán, a ocurrir una serie de tiroteos y actos violentos por parte de la poderosa organización de los Guzmán, gracias al poder que hoy nos brindan las redes, pudimos ser testigos de la lamentable oleada de violencia, hasta aquí todo es lamentable, pero como mencionara la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero a inicio de semana, tras lo ocurrido en nuestro Estado, son cosas que pasan todos los días, a todas horas, simplemente es parte de lo ya común en nuestro México lindo y querido.
No me malentiendan, continúo estando enteramente en contra de la violencia en nuestro país, sin embargo, esto pasó a un segundo plano el día de ayer, la noticia resultó ser que, tras el gran valor de las mujeres y hombres de nuestro ejército, el gobierno federal optara por dejar en libertad al hijo de Guzmán Loera, así es, el gobierno cedió ante la presión del grupo delictivo, argumentando que, valen más las vidas de nuestros militares y ciudadanos que pudiesen resultar afectados por alcance, que la captura del famoso delincuente.
Lo realmente preocupante aquí, cómo lo mencioné ya, no resulta ser el lamentable, pero cada ves más común suceso violento, va más hacia el lado de la decisión gubernamental, queda ahora más claro que nunca la estrategia de seguridad, queda reafirmada la política de los abrazos y no balazos, sin embargo se está abriendo una horrible brecha en cuanto a las condiciones de gobernabilidad, se pierde cada ves más la certidumbre en cuanto a la aplicación del Estado de Derecho.
Este no resulta ser el primer suceso en su tipo, recordemos que fue apenas la semana pasada, cuando un grupo de estudiantes secuestrará un cumulo de camiones, con chóferes incluidos, en el también nada pacífico Edomex. Ante tal situación, el gobierno optó por acceder a todas las peticiones de los manifestantes, dejando en claro que la aplicación de la ley, no es precisamente la mayor de las virtudes del actual gobierno.
El suceso es realmente preocupante, la violencia nos está rebasando cada ves en mayor medida, y lo preocupante radica en la decisión del gobierno, que si bien es congruente en lo que ha dicho y lo que está ejecutando, sin embargo esto no quiere decir que sea la estrategia adecuada, el presidente es alguien que escucha lo que él pueblo quiere, o al menos eso es lo que ha mencionado desde hace ya más de 12 años de continúa campaña, el pueblo no pide, exige paz y en efecto nadie quiere violencia, pero a su ves nadie quiere un Estado permisivo, endeble, en el cual con la menor seña de presión, cede, es vergonzoso un gobierno al cual le preocupa más su “congruencia” que la aplicación de la ley, temo decirlo pero estemos atentos, pues está clase de sucesos pintan a, al igual que la violencia, formar parte de nuestro día a día, cosa que sin duda el Estado de Derecho y la aplicación de la ley no harán.