Por: Elena Guarin
Ciudad de México.- La “alienación parental” se refiere a la conducta llevada a cabo por el padre o la madre que conserva bajo su cuidado al hijo o a la hija, y realiza actos de manipulación con la finalidad de que la niña, el
niño o el o la adolescente odie, tema o rechace al progenitor que no tiene su custodia legal, provocando, en la mayoría de los casos, afectaciones psicológicas.
Como consecuencia, las visitas y convivencias, que tendrían que llevarse a cabo de manera regular, en las fechas y horarios acordados por las partes o, en su defecto, establecidos por el Juez que conoce del caso, enfrentan toda clase de obstáculos, que van desde el chantaje hasta propiciar culpa, incomodidad o pérdida de aprecio en el hijo o la hija hacia el otro progenitor, por parte de quien aliena o manipula, de acuerdo a información oficial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
¿Qué hacer en esos casos?
1. -Buscar apoyo especializado.
2. – Reconocer el problema.
3. – Desmitificar la idea de que hijos e hijas son
propiedad de los padres.
4. – Establecer convenios basados en garantizar
el interés superior de niñas y niños, incluido el
derecho de visita y convivencia, tanto con el padre como con la madre.
5. – Evitar que intereses personales prevalezcan
sobre el derecho de niñas y niños a contar con
ambos padres, aunque se encuentren en domicilios diferentes.
6. – En su caso, que el padre o la madre alienado
cuente con mecanismos ágiles para dar a conocer
a la autoridad competente la situación.
7. – La autoridad jurisdiccional, al emitir su resolución, debe tener siempre presente el interés
superior de niñas, niños o adolescentes, en relación con el derecho a ser escuchados, y dictar
las medidas pertinentes para su protección
Algunos derechos fundamentales de niñas, niños y adolescentes es tener una familia; asimismo, en caso de separación o divorcio de los padres, conservar el derecho a ser visitados y convivir con el padre o madre que no tenga su custodia.