Por Rosario Herrera Guido
Sintió que unas manos le tocaban los hombros
y enderezó el cuerpo, endureciéndolo.
—Soy yo, Don Pedro —dijo Damiana—.
¿No quiere que le traiga su almuerzo?
Pedro Paramo respondió:
—Voy para allá. Ya voy.
Se apoyó en los brazos de Damiana Cisneros
e hizo el intento de caminar.
Después de unos cuantos pasos cayó,
Suplicando por dentro;
Pero sin decir ni una sola palabra.
Dio un golpe seco contra la tierra
y se fue desmoronando
como si fuera un montón de piedras.
Juan Rulfo, Pedro Páramo.
La importancia del padre en la subjetividad humana es innegable, para la ciencia, la cultura, la literatura y la política, con sus dos funciones antropológicas conflictivas: protectora y prohibitiva. Jacques Lacan destacó el papel del nombre del padre como mediador entre la madre y la niña o niño, para acceder a la existencia cultural y política. De modo que el padre es mucho más que un rival con el que l@s niñ@s compiten por el amor de la madre, puesto que es el representante del orden cultural.
A Carlos Fuentes le debemos recurrir al pensamiento de Michel Foucault, acompañado de Freud y Lacan, para interpretar la novela de Pedro Páramo: “Michel Foucault ha escrito que el padre es el elemento fundamental de la simbolización en la vida de cada individuo. Y su función —la más poderosa de todas las funciones— es pronunciar la ley y unir la ley al lenguaje […] se invoca ‘en el nombre del padre’ [para] separarnos de nuestra madre para que el incesto no ocurra […] Nombrar y existir, para el padre, son la misma cosa […] cuando Pedro le dice a Fulgor: ‘La ley de ahora en adelante la vamos a hacer nosotros’. La aplicación de esta ley exige la negación de los demás: los de más, los que sobran, los que no son, Pedro Páramo” (Fuentes, La gran novela latinoamericana, México, Alfaguara, 2011:137).
Tanto Foucault como Freud y Lacan saben que los nombres del padre son amo, jefe, maestro, mandatario, autoridad, presidente, … significantes fundamentales para la constitución de los sujetos, l@s ciudadan@s congregad@s en torno a la ley, que posibilita la simbolización, el lenguaje y el diálogo, fundamentales para la constitución de la ciudad y la república. Parafraseando a Carlos Fuentes, una función paterna que, cuando el Mandatario dice o asume que la ley de ahora en adelante la va a hacer él, niega a los demás, los que sobran, los de más, los que no son el Presidente.
En realidad, ¿quién no recuerda que las bases del partido Morena y la ciudadanía simpatizante de este movimiento social, se inclinaban por la candidatura del Lic. y Regidor de Morena, Osvaldo Ruiz. Pero como la disciplina de partido obliga, l@s militantes de Morena aceptaron al profesor Morón. Pero a su llegada, ¡primer desmoronamiento!, hizo a un lado a las bases de Morena que le ayudaron a llegar a la Presidencia Municipal de Morelia. Y sólo incluyó de Morena a la Dra. Josefina María Cendejas Guizar, Lic. en filosofía, Maestra en Filosofía de la Cultura y Dra. en Planeación y Desarrollo por la Universidad de Liverpool, del Reino Unido de la Gran Bretaña, como Secretaria de Fomento Económico del Ayuntamiento de Morelia.
Otra sorpresa, en realidad ya esperada, fue que Morón no pudo integrar un Gabinete con paridad de género. Aunque era de esperarse que a las damas convocadas a su Gabinete de Gobierno las apoyara tanto como a los varones, para que lograran sacar adelante la agenda social y desarrollar sus capacidades.
Pero la metáfora del desmoronamiento de Morón, el Presidente Municipal de Morelia, el profesor Raúl Morón Orozco, llega recientemente a su culmen y su colmo, cuando pese a contar con una incapacidad médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, tras un grave accidente carretero que le produjo varias fracturas, la Dra. Josefina María Cendejas Guizar, fue desechada como alguien inútil a sus fines administrativos y políticos; a pesar de que en visita personal le había ofrecido todo su apoyo, institucional y moral, además de que pensara quién podría encargarse del Despacho mientras convalecía. Pero no volvió a visitarla; sólo envió a su Secretaria a presionarla para que renunciara, a pesar de su original programa y destacado papel como Secretaria de Fomento Económico del Ayuntamiento de Morelia. A pesar de que la Ley Federal del Trabajo la ampara. Quedándose lesionada, sin sueldo y con medio tiempo en la UMSNH. ¿Dónde quedó la solidaridad, los derechos humanos y los principios de Morena: ¿“No mentir y no traicionar”? ¡Esto no se hace! Pues no corresponde al ideal de Morena, que se ostenta como respetuosa de los derechos humanos, laborales y de género.
Tras enterarse de este despotismo, la maestra Citlali Cervantes Martínez, inscribió en la ventana de Change.org, una petición al profesor Raúl Morón Orozco, con una relatoría de hechos y la exigencia de las y los firmantes de una disculpa pública, un reconocimiento a la labor de la Dra. Cendejas al frente de la Secretaria de Fomento Económico del Ayuntamiento de Morelia, y reparación del daño por el tiempo que lleva sin salario.
Entre las y los firmantes, un promedio de 1500 firmas, se encuentran académicos e investigadores, representantes populares, funcionarios y ex-funcionarios, ciudadan@s destacad@s, luchadoras y luchadores sociales, como Citlali Martínez Cervantes, Marisa España, Graciela Andrade, David Pavón Cuéllar, Eduardo Nava Hernández, Guillermo Vargas Uribe, Ana Lilia Guillén Quiroz, Patricia Alarcón Chaires, Ma. Teresa Herrera Guido, Dalia Próspero, Miguel Gordillo Ayala, Fernanda Navarro, Ligia Mazariegos, María Luisa Maillard y la que escribe este llamado de atención, entre otr@s.
Porque no se puede ni se debe seguir tolerando el desmoronamiento de Morón, cuya indiferencia raya en la frivolidad, con la que el secuestro de los Partidos y los Cargos Públicos vino tratando por décadas a la ciudadanía, olvidando que es el sustento de la democracia y la Soberanía Nacional.