Por: Gerardo A. Herrera Pérez
Morelia, Michoacán. – Las transformaciones que la sociedad y las mentes viven derivado de este modelo económico que devasta cada día a la naturaleza, nos deberían de ocupar en hacer transformaciones a nuestras prácticas que generan consumismo, sin más que el hedonismo y narcisismo de tener, de acumular, de almacenar.
Regularmente pregunto en mis intervenciones cuantos pares de zapatos tienen las mujeres, y bueno, van desde los cinco pares hasta los 150 pares. Eso podrá imaginar usted, lo que significa en términos de los materiales que se requieren para producirlos y todos son hechos con materias primas de la naturaleza.
Así, la ecología que ligada a nuestro proyecto de vida y con los problemas que tiene nos envía una señal, o desmontamos nuestras prácticas o pagaremos consecuencias devastadoras; cosas que ya vivimos, deforestación y cambio de uso de suelo, biodiversidad perdiendo permanentemente especies como la Vaquita Totoaba, problemas que vinculan también a la sociedad y las personas, más consumo de droga y adicciones en general. Para Leonardo Boff, nos comparte que hay que atender tres cosas en la vida, la irracionalidad de nuestro estilo de vida, la naturaleza es maestra y de ella podemos aprender, y lo holístico y sistémico, es decir, todo tiene relación con todo.
Debemos iniciar un proceso de modificación de nuestras condiciones de vida, me pregunto?; para que acumular riqueza material, bienes, y demás, si es breve nuestro paso por la vida, en ocasiones solo se deja problemas y sobre todo desintegración del núcleo familiar, y no digo de grandes fortunas, un simple objeto puede separar familias.
Boff nos precisa que para realizar este propósito nos ayudan la ciencia que conoce los mecanismos de la naturaleza y la técnica que hace intervenciones en ella para beneficio humano. Se ha procurado hacer eso con la máxima velocidad posible.
Hoy, en este modelo Neoliberal, se busca el máximo beneficio con el mínimo de inversión y en el tiempo más breve posible, una de las contradicciones del capitalismo, pero que atiende la demanda de la sociedad.
De esta manera, seres humanos, o en sentido normativo las personas, hombres y mujeres y ese continuum, “en esta práctica cultural, se entiende como un ser sobre las cosas, disponiendo de ellas a su gusto, nunca como alguien que está con las cosas, conviviendo con ellas como miembro de una comunidad mayor, planetaria y cósmica”, debemos pensar como Gandhi, “la Tierra es suficiente para todos, pero no para los consumistas”; cuánta razón en una oración, baste observar el comportamiento que hoy tenemos como dice Bauman, en el mundo actual todas las ideas de felicidad acaban en una tienda.
La civilización dice Boff es absurda, todos quienes tener de los países ricos sus excesos, pero si éstos fueran generalizados a los países en desarrollo, necesitaríamos de otras cuatro Tierras iguales a la que tenemos. Necesitamos como dice el Papa Francisco de una conversión ecológica y un consumo sobrio y solidario, agregaría un consumo desde lo local y con reflexión de lo que necesitamos.
En estas crisis que vivimos como lo menciona Guattari o Goleman, es importante consultar a la naturaleza como sistema vivo, que tiene millones de año conservando la vida, protegiéndola, pero que los humanos nos hemos encargado de someterla permanentemente por un consumo descontrolado, sustentado en el hedonismo, narcisismo, la libertad y la individualidad buscando el éxito y el lujo, sin pensar la devastación que de ello se hace de la madre Tierra.
Y debemos de regresar a la naturaleza, porque tiene una ley fundamental que nos enseña que naturaleza, universo y vida no compiten, ni dividen, tampoco excluyen, sino que son complementarias, suman e incluyen. Cuánta razón tiene Boff al indicarnos que “Todas las energías, todos los elementos, todos los seres vivos, desde las bacterias y los virus hasta los seres más complejos, estamos todos inter-retro-relacionados y, por eso, somos interdependientes. Uno coopera con el otro para vivir”, esa interdependencia está presente en esta manera holística y sistémica en la que vivimos.
En este sentido requerimos seguir trabajando en los valores y principios, como la cooperación y la solidaridad, gracias a ello, se cumple las leyes del universo y la naturaleza, gracias a esta relación de interdependencia es que podemos aun estar aquí. Pero necesitamos, escriben varios filósofos, de un nuevo pacto civilizatorio de carácter planetario.
Tal como lo exponen en sus teorías Capra, Goleman, la humanidad debe de tomar los ejemplos de los sistemas vivos para interactuar y dar sostenibilidad a la humanidad, es decir somos organismos vivos, interdependiente, es decir donde todos estamos interconectados de manera sistémica.
Existen dos tendencia en el universo, la individualista y la colectiva, una es la de autoafirmarse individualmente y otra la de integrarse en un todo mayor. Nos dice Boff, “Si no se autoafirma corre el riesgo de desaparecer. Si no se integra en un todo mayor, corta la fuente de energía, se debilita y puede también desaparecer. Es importante equilibrar estas dos tendencias. En caso contrario caemos en el individualismo más feroz –la autoafirmación– o en el colectivismo más homogeneizador – la integración en el todo. Por eso siempre tenemos que ir y venir de las partes al todo, de los objetos a las redes, de las estructuras a los procesos, de las posiciones a las relaciones”.
De esta manera debemos de comprender a la naturaleza como co-creativa, co-participativa, ligada y re-ligada a todo y a todos (lo sistémico) y principalmente a la Fuente Originaria de donde se originan todos los seres.
Como humano me duele hablar de la poca participación que se tiene por parte de los más de siete mil quinientos millones de humanos en la tierra para detener el deterioro de la naturaleza, del aire, el agua, la tierra, que hacen posible la vida en los humanos, las plantas y los animales. Hoy dice Boff tenemos el surgimiento de un universo, uno y diverso, ordenado y caótico, la aparición de la vida y el irrumpir de la conciencia.
Necesitamos una tierra con su naturaleza saludable para abrazar a los humanos, las plantas y animales con agua saludable, tierra fértil y aire limpio, en donde el cielo nos siga brindando su capacidad de darnos techo y agua permanentemente para la sostenibilidad de la vida. Por eso me resisto a pensar que este mundo puede terminar, y al igual que Boff seguiré hablando del futuro del mundo, de la tierra y de la humanidad, y de lo que significa la ecoformación, la ecoética, la ecopedagogía, la ecoeducación, el desarrollo sostenible, la sociedad sustentable.