Por: Redacción
Ciudad de México. – Las explosiones registradas y las emisiones con contenido de ceniza destruyeron el domo número 83 del volcán Popocatépetl, corroboró el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) de la Coordinación Nacional de Protección Civil, durante un sobrevuelo de reconocimiento realizado con apoyo de la Guardia Nacional, el pasado 27 de julio.
Durante dicho sobrevuelo se obtuvieron imágenes térmicas y fotografías que permitieron corroborar que el cráter interno mantiene sus mismas dimensiones
El proceso de formación de domos en el Popocatépetl obedece al ascenso de magma que, al llegar al fondo del cráter, se acumula creando un cuerpo de lava en forma de cúpula.
Cuando la lava comienza a enfriarse y cristalizarse, acumula presión hasta que finalmente es destruido en una o varias explosiones que arrojan los fragmentos dentro y fuera del cráter, dejando el conducto abierto, lo que permite un nuevo ascenso de magma.
Este tipo de actividad ha sido característica del volcán durante el actual periodo eruptivo, iniciado en 1994, 25 años hasta ahora. Se ha podido observar que el tamaño y la velocidad de formación de los domos está relacionado con la magnitud de las explosiones que lo destruyen, de ahí la importancia de realizar sobrevuelos frecuentes para poder analizar su evolución.
El comportamiento presentado por el volcán está contemplado en el nivel Amarillo Fase 2 del Semáforo de Alerta Volcánica, por lo que se recomienda a la población continuar atenta a las indicaciones de Protección Civil y respetar el radio de seguridad de 12 km, debido al peligro que implica la caída de fragmentos balísticos y flujos de lodo en caso de lluvias fuertes.
Asimismo, se reitera seguir las recomendaciones en caso de caída de ceniza volcánica, misma que llegó a algunas alcaldías de la Ciudad de México.
El CENAPRED emite un boletín diario sobre la actividad del volcán los 365 días del año. Cualquier cambio en la actividad del Popocatépetl se comunica de manera oportuna a través de las cuentas oficiales de la Coordinación Nacional de Protección Civil.
Para la vigilancia y monitoreo permanente del volcán se utiliza y se desarrolla tecnología de punta, que genera información para el estudio de los diversos peligros asociados con su actividad y que respaldan la toma de decisiones en caso de una contingencia.