Por Rosario Herrera Guido
El Presidente no asume su responsabilidad, se niega a liderar, culpa a los demás, se acerca a los dictadores, atiza las llamas del odio y la división, se levanta cada mañana creyendo que el trabajo es por él, nunca por ustedes. ¿Ese es el País que quieren? Joe Biden
A diferencia de 2016, esta vez los votantes en Estados Unidos están muy involucrados, según revela un estudio de Pew Research Center Generations and Age, donde los parámetros entre los votantes que apoyan a Joe Biden, mantienen una ventaja de 8% sobre Donald Trump. Aunque Trump mantiene el voto duro de sus seguidores potenciales, Biden tiene un fuerte apoyo del 46% de sus simpatizantes. Y el apoyo duro de Trump es del 60% de sus electores.
El Estudio de Pew Research Center Generations and Age, muestra que la mitad de los electores cree que tendrán dificultad para votar, debido al covid-19, en tanto la otra mitad piensa que será fácil. Y el 83% considera que va a ser muy importante quien gane las Elecciones 2020 en los Estados Unidos, más que en los últimos 20 años. Porque si Trump se reelige la mayoría de los que apoyan a Biden se decepcionarían e indignarían. Y sólo el 37% de los votantes de Trump se molestaría si pierde su candidato la reelección.
Según (PRG), es posible reconocer a los electores muy bien: el 21% de los simpatizantes de Trump lo apoyan por su liderazgo y desempeño; el 56% de los electores de Biden lo apuntalan porque no es Trump. Antes nada, los votantes de Biden lo apoyan por el rechazo a Donald Trump, lo que le está permitiendo una importante ventaja sobre Trump. Lo que coloca a Biden como contrapunto de Trump.
Es evidente que la estrategia demócrata potencia la decisión electoral: el machismo supremacista blanco contra la inclusión étnica y femenina en la política, más la apuesta que Biden tiene para una nueva política de Estado, que se expresa en la selección de su compañera de fórmula, Kamala Harris, cuya historia étnica es muy interesante, pues proviene de Jamaica y la India, por lo que representa a dos minorías étnicas, la negra y la asiática, y además de que es una mujer que logra cubrir todos los terrenos de la expectativa de nuevos cambios en los Estados Unidos, tras días teñidos por el racismo, el fascismo y el antifeminismo.
Así, la gran ola nacional de Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan), tras el asesinato de George Floyd, se les ofrece a los electores americanos como un verdadero cambio: una política migratoria en la fórmula demócrata, para que se cumplan todos los elementos que Kamala Harris representa.
Por lo que ahora en este 2020 los americanos tienen algo realmente distinto que escoger, a diferencia del desastre de la Presidencia de Trump.
Tanto en su retrógrada forma de atender el cambio climático, la diferencia étnica, la migración, los Dreamers, el machismo, el clasismo, la grave arenga a favor de la división de los norteamericanos, que en su conjunto no son más que expresión de la expulsión de todo tipo de diferencia, propio de un discurso narcisista sociopático.
Toda esta esperanza, sin la cual, como diría Goethe, no hay futuro, se dejó ver cobijada de luces, en el cierre de la Convención Nacional Demócrata, donde las y los adherentes de Joe Biden y Kamala Harris, celebraron que ya tienen candidato a la Presidencia de los Estados Unidos, quien comenzó su carrera política hace 48 años y buscó la candidatura a la Casa Blanca en 1988, pero que ahora en el 2020 la consigue con el apoyo unánime de los demócratas.
Este 21 de agosto de 2020, al final de la Convención Nacional Demócrata, Joe Biden aceptó la nominación demócrata a la Casa Blanca, ante un partido demócrata muy unido, como no se veía en décadas, con los adversarios y enemigos dándole la mano y hasta sus viejos críticos hablando bien de su candidatura, frente a un espectáculo de fuegos artificiales.
Ahí pronunció un discurso, según todos los medios liberales, memorable e histórico: “Seré presidente aliado de la luz, no de la oscuridad. Porque debe haber esperanza y luz, en el peor momento de la historia estadounidense con la pandemia, el racismo, el cambio climático y la crisis económica”. Además afirmó categórico que: “… como presidente de los Estados Unidos buscará controlar la crisis generada por el coronavirus, en que ordenará el uso del cubrebocas”. Añadió que “Para superar el dolor tenemos que salvar nuestra democracia […] Donde Estados Unidos sea la potencia mundial en empleos del siglo XXI, donde se defienda la dignidad y se combatan las desigualdades raciales y económicas. Y agregó que Trump no ha asumido sus responsabilidades, por lo que ahora lidera el ránking con más muertes y casos de coronavirus”.