Por Gerardo A. Herrera Pérez
La importancia de ser abogado, cada uno la definirá; tal vez la definición más importante será entender que en la vida no solo es abogado quien hace estudios para ello, hoy también los luchadores sociales abogan por el otro, por los otros, los periodistas lo hacen para mantener informada a la población; la carrera como tal, ha experimentado no solo una formación dentro de las aulas del conocimiento, sino también dentro de las aulas para la vida.
Cada vez más personas, se acercan a la defensa de sus hijos, de sus familias, de sus pertenencias; claro, siempre será el profesional, quien estudio y quien podrá llevar a cabo los procesos judiciales, que para ello tiene una cédula profesional, de ahí su importancia y su posición en la sociedad del que aboga por el otro.
Existen modelos de abogado que aplican sus códigos de conducta, existen posiciones deontológicas y axiológicas que nos hacen conducir nuestra vida por los caminos de la justicia y las responsabilidades. Existen tres cosas que son base para el ejercicio de la carrera de Derecho, una, vivir honestamente, es decir correctamente, sin engaños, no defraudar, sin apropiarse de lo ajeno.
La segunda posición es no perjudicar a nadie, es decir, no afectar, arruinar, lesionar, estropear a persona alguna; una tercera más, quien conoce de las leyes debe ser justo en todos sus actos, y frente a todas las personas, es decir, debe eliminar las ideologías, machistas, misóginas, racistas, colonialistas, xenófobas, homofobas y otras que excluya de los derechos a las personas.
Desde el campo de la axiología los abogados tendríamos que transitar bajo un camino justo, la justicia, es decir, dar a cada quien lo que le corresponde; pero también la seguridad jurídica, o sea, asegurar sus bienes, derechos, incluso sus personas que no serán sometidas por ataques violentos de terceros o de la propia autoridad. Finalmente, el otro valor, privilegiar el bien común.