Por: Viridiana Ferreyra
“¿Se pueden inventar verbos? Quiero decirte uno: yo te cielo, así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida… somos de la misma materia, de las mismas ondas…”
Frida Kahlo
París, Francia.- Así de intensa es la obra de que nos dejó la icónica pintora mexicana, Frida Kahlo, referente de fascinación artística y cuya vida y obra ha sido retratada como un tic-tac por el director italiano Giovanni Troilo, que presenta una vasta investigación en el documental “Frida, viva la vida”, y cuya proyección llegó a los cines franceses con una premiere especial organizada por Miguel Vaylon, director de Nadieshda C.C.I.
Son seis capítulos de un viaje tras los pasos de una de las más grandes artistas del siglo XX. Son migas de pan en busca de aquella jovencita a quien la vida le dio tantas tragedias, sufrimientos físicos y morales, pero cuya fortaleza y talento le dieron un estilo artístico propio.
El documental alterna entrevistas con especialistas del artista que comparten sus conocimientos y nos iluminan con toda su humanidad y hechos que inspiraron su reconocida obra de autorretratos. Recordando que Frida siempre pintó guiada por su exaltada sensibilidad a la vida, sus firmes ideales políticos y extravagancia e incluso, irreverencia en su manera de vestir.
Pero, ¿Qué tiene de nuevo este trabajo en torno a Frida, qué no hayamos visto en otros?
El espectador recoge elementos nuevos de inmensa poesía y cuidado estético llevándonos a un viaje degustativo en el arte, elementos, significados, técnicas y un torrente de emociones tan humanas.
“Frida, viva la vida” presenta ambos lados: por un lado, la artista revolucionaria, pionera del feminismo contemporáneo; por otro, el ser humano, víctima de un cuerpo torturado y una relación amorosa atormentada. A medida que se desarrolla la historia, estos dos aspectos de la artista se revelan a través de las palabras de Frida, extraídas de sus cartas, diarios y confesiones privadas.
El lenguaje narrativo y visual hacen copla para alternar entrevistas, documentos originales, cautivadoras reconstrucciones y pinturas. Pasando como pincelazo por su obra “Autorretrato con vestido de terciopelo” (1926) con una sobria manera de vestir pero un inquietante mar de fondo. Siguiendo a “Frida y Diego” (1931) el comienzo de una intensa historia de amor. E incluso admiramos el “Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos” (1932) donde las ideologías culturales nos confrontan. Cada una de estas obras, marcaron una etapa importante en la vida de Frida.
La narración está a cargo de la actriz Asia Argento quien realiza las transiciones entre las distintas secuencias, interpretando textos de la propia Frida. Para la actriz, fue una grata sorpresa ser contactada por la producción y el director, pues de inmediato aceptó participar en este documental porque desde que era niña ha tenido mucha admiración por Frida Kahlo.
“Al leer el guión, descubrí que el director se acercaba a la obra de esta gran artista con humildad, gracia y respeto. Me gusta el aspecto onírico que él toma prestado en algunos lugares, siguiendo el hilo rojo de lo que creo que es la imaginación de Frida, un mundo de ensueño sin límites” declaró.
Pero, ¿Dónde nace el interés del director italiano, Giovanni Troilo por Frida?
En sus propias palabras: “(…) En el trabajo de Frida, siempre hay un vínculo perpetuo con su fuerza interior y el amor, la energía sin límites y los colores de su país. Quería destacar las dos almas de Frida Kahlo, por un lado el icono y el símbolo del feminismo contemporáneo, y del otro el artista libre a pesar de las limitaciones físicas”.
El documental que dura una hora y veintiocho minutos, nos desnuda a Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderon, nacida el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, Ciudad de México. Tan solo ese dato nos hace pensar por qué su desarrollo personal está marcado por eventos sociales tan importantes en México, como la Revolución Mexicana y movimientos artísticos, muchos de ellos, alimentados por el legado revolucionario de la época.
Mujer y obra, van intrínsecamente ligados cuando se habla de Frida. Ella misma se reflejaba sobre el lienzo, siendo sujeto y objeto de su propia obra hasta convertirse ella misma en arte. Va explorando el dolor, los sinsabores de la vida y alcanzando tres elementos importantes: identidad, imagen y estilo propio, que la posiciona como un símbolo que rompe esquemas machistas y disuelve los paradigmas sociales de su época.
Si te gusta su arte, “Frida, viva la vida” es un viaje exquisito para cinéfilos y amantes del arte. Pues ver a través de sus ojos sensibiliza al espectador adentrándose en el dolor de obras como: “La cama voladora” o conocida como “ Henry Ford Hospital” (1932) momento en que sufrió un aborto traumatico. Inclusive nos presenta la escena de un feminicidio en “Unos cuantos piquetitos” (1935), donde pinta al típico macho mexicano satisfecho de ver a su mujer ensangrentada tras herirla de muerte.
Escenas de su vida y creatividad artística son un agasajo al ojo espectador, con planos bien cuidados y una sonoridad In, Off y fuera del campo. El colorido del documental radica en las obras de Frida, así como en los paisajes de nuestro querido México que cautivan en un viaje por el tiempo. Cada color, cada objeto que nos muestran van marcando un cierre, el adiós de una mujer que dijo: “Pinto flores para que no mueran”; y Frida se pintó a sí misma para vivir por siempre”.