Por: Milena Suástegui
La mayoría de las personas consideran que es mil veces mejor comprar ropa nueva que utilizar la llamada “de segunda mano”, sin embargo, este es un problema que resulta ser gravemente dañino para nuestro planeta, ya que según un estudio reciente apuntó que la industria textil es un peligro para el mantenimiento del ecosistema.
“Reciclar no es una obligación, es tú responsabilidad”.
Muchas veces por miedo al qué dirán, por vergüenza o simplemente por querer aparentar algo que no somos, preferimos tirar o regalar la ropa que nos pasaron nuestros hermanos mayores, primos o que no le quedó o ya no le queda a cualquier miembro de nuestra familia, es por lo que decidimos tenerla guardada y preferimos usar ropa nueva que compremos en nuestra tienda favorita.
En la actualidad, la mayor parte de los jóvenes nos hemos visto influenciados por diferentes redes sociales como Instagram, Facebook o Snapchat, las cuales tienen la función de publicar fotos y vídeos, por lo que constantemente queremos irnos de shopping para ya no subir selfies e historias con la misma ropa, “¿Qué van a decir los que tengo de amigos?”.
Lo anterior ha generado sin duda que la ropa sea uno de los artículos que más consumimos, y esto hace que represente un beneficio monetario para la industria, pero un gran dolor de cabeza para nuestros bolsillos. Y de verdad que es impresionante la forma de acumulación para algunos compradores compulsivos sumergidos en este mundo de la moda, quienes llenan sus clósets con prendas que ni siquiera utilizan y de la que se deshacen por kilos cada año.
Es importante mencionar que el estudio del que les hablaba en el primer párrafo de esta columna también señala que la moda es una de las industrias que más contribuye al calentamiento global, ya que cuenta con un estimado de más de 1.200 millones de toneladas de emisiones de gases invernadero anualmente, superando así a todas las aerolíneas y las empresas de paquetería juntas.
Las microfibras de plástico son uno de los materiales más usados en dicha industria, las cuales se acumulan en océanos para contaminar el mar y representar un peligro para la flora y fauna marina, sin dejar de lado a los seres humanos.
Ahora que ya sabemos un poco más a cerca del daño que hacemos a nuestra Tierra al comprar tanta ropa para que esta termine en la basura o guardada en lo más profundo de nuestro clóset, tendremos que hacer una reflexión cada que nos topemos una tienda, pensemos si en realidad sí necesitamos esa prenda y controlemos el deseo de adquirir ropa nueva solo porque está de moda.
Una de las alternativas que se me hace muy interesante y benéfica, es la de donar, cambiar o vender la ropa que nunca nos pusimos o que ya no nos queda, ¡Siiii! Así como lo estás leyendo, existen ya algunos grupos en diferentes redes sociales e incluso aplicaciones móviles en las que puedes hacer un tipo trueque de ropa, zapatos y accesorios.
Yo ya lo puse en marcha y créanme que sí funciona, no debe darnos pena, vergüenza nos debería de dar contaminar la única casa que tenemos los seres humanos que es nuestro planeta, así que contribuyamos con el reciclaje y con las personas que más lo necesitan, porque seguro que todos tenemos por ahí prendas que podemos donar o si necesitamos otra entradita de dinero una buena opción es venderlas, claro a un menor costo de cuando la adquirimos.
¡Anímate a darle la segunda vuelta a la ropa! En verdad, haríamos la diferencia si todos hiciéramos este ejercicio, de hecho, hasta se puede realizar con tus amig@s, solo es cuestión de que sean de la misma talla en el caso de la ropa, y que les gusten los artículos en el caso de los accesorios.
“Hay algo fundamentalmente incorrecto en tratar a la tierra como si fuese un negocio en liquidación” -Herman Daly