Por: Redacción
Morelia, Michoacán. – El humilde franelero se encontraba desempeñando su labor cotidiana cuando fue sorprendido por un hombre que, sin aparente temor a la policía que se encuentra cerca, le disparó en al menos dos ocasiones, heridas que acabaron con su existencia antes de que pudieran llegar los paramédicos.
La Policía Morelia, que se encuentra a escasos metros del lugar del crimen, encendió motores para llegar oportunamente, pidió refuerzos, para no arriesgarse-en caso de ser un enfrentamiento-sin embargo, nada pudieron hacer ¡Nada! Porque todo apunta a que el homicida aprovechó la oscuridad de la noche para abandar el lugar sin ser visto.
Pero no es el primer caso, el año pasado oportunamente informamos en Estenógrafo que un viene, viene lo mataron en la esquina del famoso Centro de Atención a Víctimas, a escasos dos metros de la entrada a Barandilla del Centro.
Y es que la violencia es tan cruda en la ciudad que ya los policías ni siquiera tienen que desplazarse grandes distancias para verificar los hechos que se reportan, los muertos llegan a la policía, a la puerta de su casa. Acontece tanto en colonias populares, predios irregulares, fraccionamientos exclusivos, bancos, centros comerciales, bares y restaurantes, por mencionar algunos de los espacios más comunes.