Morelia, Michoacán. – Las políticas públicas de los alcaldes de Morena, la Cuarta Transformación que avasalló las urnas con la promesa de un cambio, no incluyen a las mujeres indígenas en situación de pobreza que venden sus productos por las calles; los inspectores, por ordenes de los ayuntamientos, las cazan por las calles, les arrebatan a jalones su artesanías e impiden hasta que se sienten a descansar.
En entrevista con la indígena nahuatl Isabel Isidro, comerciante en Morelia, acompañada de la organización civil Fuerza Migrante, señaló:
“Anteriormente si nos dejaban vender, allá en la placita de San Agustín.Pero resulta que ya no nos deja vender ni caminar a ofrecer nuestro productos; cada vez que salimos ahí vienen los inspectores, nos amenazan con que nos van a quitar las cosas. Les pedimos que nos dejen vender algo para sacar para la comida o para el pasaje, pero se enojan. Nos dicen aquí no puede vender, aquí lo que queremos es que este limpio. No nos dejan siquiera sentarnos a descansar un poquito. Si nos encuentran sentadas nos levantan ¡Váyase a sentar a otro lugar! Nos dicen. No sé qué pasa… ¿Por qué otras personas las dejan trabajar y a nosotros no? Cuestionó Isabel en un español a medio digerir.
Pero esta política no es privativa del alcalde de Morelia, Raúl Morón Orozco. En Pátzcuaro, donde también gobierna Morena, igual se cocen habas. Los inspectores, a cargo de Arturo Rojas, ha sido señalado por maltratar a las indígenas, especialmente durante los fines de semana y fechas de mayor afluencia turística.
Por priorizar al turismo y a los empresarios, incurren en actos que violentan los derechos humanos esenciales de los michoacanos, de los ciudadanos y de los nativos de pueblos originarios.
En relación al caso de Morelia, Pedro Carapia, lider de Fuerza Migrante, manifestó:
“En este caso, si el bando está desfasado y está siendo inequitativo con los diferentes grupos y ciudadanos, que tenemos derechos a disfrutar en todos sentidos de este centro histórico, habrá que revisar el bando; no puede prevalecer el criterio de los pudientes, de los empresarios, bien ubicados. Las autoridades quieren un centro histórico de primer mundo con un gobierno de quinta; primero que los gobiernos se pongan a nivel y que tengan una visión más humanista más social sobre esta situación. Hay que tener un centro histórico con orden si, se necesita orden. Pero hay que trabajar para tener el orden actualizado y con una visión social y humanista“.