Por: Marisela López Díaz
“Los políticos son como los cines de barrio: te hacen entrar y después te cambian el programa”.
Enrique Jaciel Ponceda (escritor y dramaturgo español 1901-1952).
Morelia, Michoacán.- Las expectativas de más de la mitad de los mexicanos fue grande. Le apostaron con todo al primer gobierno de izquierda en la historia del país. Pero jamás se imaginaron o nos imaginamos que sería otra la historia, porque el manejo de crisis como la que estamos viviendo fue cuestionado en otros momentos, “bajo el régimen neoliberal” por el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador.
Recordarán la epidemia de la influenza, que cobró la vida de miles de mexicanos; algo similar, pero con mayor fuerza, le está tocando enfrentar al tabasqueño, y hacernos los valientes e incluso valemadristas se paga caro, por eso hoy no encuentra la salida al desdén que le hizo a la pandemia del covid-19 y que cada día nos duele porque poco a poco se apaga la luz en algún hogar de nuestro país.
La falta de liderazgo para conducir al país ante esta amenaza, ha hecho que algunos gobernadores estén asumiendo la responsabilidad de hacerle frente, con la autoridad y liderazgo que esperábamos del presidente, quien se ha dejado ver omiso, lento, disperso, extraviado y estacionado en un discurso propio de un candidato en campaña, no de una emergencia sanitaria de escala mundial.
Ya lo dijo Denise Dresser: “el presidente se parece a quienes, antes de chocar con el iceberg, se abocaban a reacomodar sillas en el Titanic”. Yo añadiría que también se asume como el creador del épico navío, cuando quiere hacer creer que su cuarta transformación es inhundible.
Por eso, no sorprenden las medidas que están tomando gobernantes como Silvano Aureoles, quien no descarta implementar el confinamiento obligatorio ante la pandemia, como parte de cerca de 60 acciones que ha emprendido su gobierno desde que vio venir la tormenta. Y es que todavía hay quienes, seguramente inducidos por la pasividad presidencial, se niegan a ver la magnitud del problema.
Pero ninguna medida está de más cuando se trata de proteger vidas. López Obrador, como el creador del Titanic, no lo hizo. Y hoy, la única vacuna ante el coronavirus es quedarnos en casa y seguir las medidas de prevención.
Por ello, también en Michoacán se han establecido medidas para hacer frente a la crisis financiera que se avecina a nivel nacional, como lo es el subsidio de impuesto sobre la nómina hasta junio y julio, en busca de garantizar el empleo a miles de michoacanos.
Las acciones y medidas no serán suficientes, si como michoacanos no asumimos nuestra responsabilidad de acatar las recomendaciones sanitarias para evitar el contagio. Y por ello, este llamado se extiende a nuestros familiares radicados en los Estados Unidos para que se mantengan por ahora en aislamiento.
Ya habrá tiempo para abrazarlos y convivir con ellos, pero por ahora, su solidaridad evitando viajar a Michoacán ayudará a evitar que la cifra de contagios se agudice. Es un llamado de amor para el día de mañana seguir juntos.
Hoy, la fortaleza está en los michoacanos, y en nosotros está el querer seguirnos escuchando, el seguir manteniéndonos a flote.