Redacción
Morelia, Michoacán. – Luego de la serie de quejas y denuncias de los estudiantes de medicina que derivaron en una manifestación pacífica, la rectora Yarabí Ávila se reunió con los quejosos, oportunidad que no perdió para decirle en tono amenazador que toda acción tiene consecuencia, además de echarles en cara su lugar en la escuela, como si se hubiera tratado de un regalo y no de su derecho después de aprobar el examen Ceneval.
Fue a un pequeño grupo de jóvenes estudiantes de la la facultad de Medicina y Ciencias Biológicas a los que amedrentó delante de diversos medios de comunicación, incluso puso en duda su figura, ya que eso de jefes de grupo carece de calidad legal.
Todo fue en un tono de agresión desde el principio, porque en con voz amenazadora les recordó que gozaban del privilegio de tener un lugar en la máxima casa de estudios, cuando muchos se quedaron en el camino, olvidando que ese lugar se lo ganaron con base a su esfuerzo académico, esos estudiantes de medicina y de otras escuelas, porque ya no se otorgan los espacios por palancas como hace algunos años.
Yarabí Ávila también les recordó que, pese a su derecho a la libre asociación, reconocido en la ley orgánica de la Universidad Michoacana, sus actos tendrán consecuencias,-¿entonces, y los derechos universitarios y constitucionales a la libre manifestación?-.
La reunión concluyó con promesas de no consecuencias, pero lo cierto es que han señalado públicamente a los jóvenes que han levantado la voz por los compañeros.
Sus peticiones son muy básicas; el derecho a una vida libre de violencia, sin acoso a las estudiantes por parte de los profesores, porque llevan meses denunciando el acoso y como la canción de Los Cadetes de Linares, “todo sigue igual…”, además de que la rectora ni idea del asunto, pues aseguró no hay denuncias.
También piden una coordinación de salud mental, ya que se han suscitado intentos de suicidio y mejoras en la infraestructura educativa, ¡vaya que demandas tan escandalosas!-sarcasmo, cof, cof-.
La reunión concluyó con amargo sabor de boca para los estudiantes, ya que no ha quedado claro si los van a dar o no de baja, lo cierto es que se han sumado otros estudiantes a este esfuerzo por el respeto a sus derechos.